
dedicado a Guillermo Rodríguez Rivera
desde donde tú estás
a este lugar
la cinta métrica se acaba
y se estira en demasía
y con más pena que gloria
logro ubicar tu voz
que cada domingo
llega hasta mí
con la misma dificultad de otras noches
Fernández Retamar suda un poema
para eternizar a su hija mayor
de paso por Buenos Aires
recuerdo los programas anteriores
los versos de Gerbasi Darío Vallejo
Lezama Lima Roque Dalton Neruda
y toda esa pandilla de maestros
que cada segundo emergen
con la ternura precisa
desbordando sus propias manías
eternamente
en la tibia oscuridad de tu isla
más mía por loas cosas que tú dices allí
diseminado por el universo
lloviendo con tu poema de hoy
hablando desde una cabina
nadie piensa que puede conmover a nadie
incrustado en el oído de quienes oyen
-como yo-
la palabra rota en las costillas
el lírico color de un sol
la misma calle múltiple
un agua azul habana
cubriendo sueños en cualquier habitación
traída de allí
por cada visitante que se queda
en Trocadero
Animas 455
19 No 1501 Esquina 30
3era y G El Vedado
Calle 17 No 354 Esquina H
Cintio Vitier vuela desde la zarza ardiendo
Abel Prieto sosteniendo el cielo con sus manos
la sal nocturna de la vida en Pico Blanco
con el feeling atado a uno por los siglos de los siglos
Portillo con su guitarra provoca lo vivido
la Sra. Elena Burque pontifiocando desde el Tropicana
La Habana Vieja se hace
en el insomnio que me aterra
doña Fina García Marruz junta todo el aire del alma
en sus escritos
Eliseo Diego es un ángel blanco
desde la calzada de Jesús del monte
la estación se escapa del dial
y me desespero traslos versos en cuestión
cuando ya no sé qué ha ocurrido
con la hija de Roberto ni Bs Aires ni nada
sólo el consuelo de la próxima semana
(Toda La Habana es un murmullo de luz un gran deseo)
cuando rezaré para no quedarme íngrimo y solo
lo mismoo que hoy
cuando ustedes y nosotros
estaremos calmando nuestra sed
con otra fuente de la palabra
