“Cristo y el joven rico”, óleo de Heinrich Hoffmann (1889).
Jesús de Nazaret se presentó a sus seguidores como el Mesías esperado desde hacía muchos siglos por el pueblo judío. Este vocablo se derivaba del hebreo Masiah, que más tarde fue traducido al griego como Christós ‘ungido’, derivado del verbo chriein ‘ungir’. Los primeros discípulos de Jesús se llamaban entre sí ‘los hermanos’, ‘los escogidos’ o ‘los fieles’, mientras que los demás se referían a ellos como ‘nazarenos’ o ‘galileos’.
Hacia el año 50 (obviamente, de nuestra era), los habitantes de Antioquía comenzaron a llamarlos christianós ‘fieles al Mesías, al Cristo’, dando así origen a las palabras cristiano y cristianismo.
De La palabra del día, por Ricardo Soca
