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-AA-, SIMPLIFICACIÓN DEL GRUPO VOCÁLICO

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Foto: ©Archivo Efe/Ian Langsdon

Foto: ©Archivo Efe/Ian Langsdon

 

Cuando se forma el grupo vocálico -aa- es recomendable optar por la grafía simplificada.

Se recomienda simplificar el grupo vocálico -aa- que se forma como resultado de añadir un prefijo acabado en -a a una palabra que empieza por esa misma letra. Para ello deben concurrir unas condiciones determinadas, como que ambas vocales sean átonas y que la contracción no dé lugar a una palabra distinta en su significado.

Así, es preferible escribir contralmirante (y no contraalmirante), contratacar (y no contraatacar), extrabdominal (y no extraabdominal), portaviones (y no portaaviones), infralimentar (y no infraalimentar), etc. Sin embargo, debe mantenerse la doble vocal si la base léxica comienza con el prefijo privativo a-, pues puede dar lugar a confusiones: ultraamoral/ultramoral.

También puede consultar: ‘-ii-‘, simplificación del grupo vocálico.

De Recomendaciones de Fundéu (Fundación del Español Urgente)

 



LA HUELLA ITALIANA

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Por Ciro Bianchi Rossdigital@juventudrebelde.cu

La huella italiana es bien visible en Cuba. Cristóbal Colón, genovés, abrió, hace más de cinco siglos, un camino por el que transitaron cantantes, plásticos, escritores, políticos, hombres de negocio, constructores… Gente, en fin, de todas las pintas, desde el cabecilla mafioso Lucky Luciano hasta Antonio Meucci, que inventó el teléfono en La Habana y murió loco y en la mayor miseria sin alcanzar a ver cómo la Corte Suprema norteamericana reconocía la primacía de su invento sobre el de Alexander Graham Bell.

Mucho debe la defensa de La Habana colonial al ingeniero romano Juan Bautista Antonelli, constructor de los castillos del Morro y de la Punta. En realidad fueron ocho los Antonelli que trabajaron en obras defensivas en la Isla, tanto en La Habana como en Santiago. Enrico Caruso se presentó en 1920 en escenarios cubanos, pero más de un siglo antes, en 1834, actuó aquí la primera compañía de ópera italiana. En 1863, Daniel Dall’ Aglio edificó, en la ciudad de Matanzas, el teatro Sauto, una de las joyas de la arquitectura cubana; una obra que, al decir de especialistas, «es digna de cualquier capital europea».

Fernando Ortiz, considerado el tercer descubridor de Cuba, tuvo en el médico y criminalista Cesare Lombroso una de sus primeras influencias. Umberto Veronessi pasó por la Isla en 1978, en el momento en que se le reconocía como la cima de la cancerología mundial. En 1521, el veneciano Juan Verrazano abría en América el capítulo de la piratería.

Escultores

Es un italiano, Aldo Gamba, el artista de La fuente de las musas, llamada también Danza de las horas, emplazada a la entrada del famoso cabaret Tropicana y que devino símbolo de la noche habanera. Gamba esculpió esa pieza mientras guardaba prisión en el Castillo del Príncipe: había baleado a su amante.

Era la época en que no pocos escultores italianos se movían a sus anchas en un país que se abría a la vida republicana e insistía en perpetuar su historia. Surgían así los monumentos a algunos de los grandes próceres cubanos como el del mayor general Antonio Maceo, que acometió Doménico Boni en 1916 en el Malecón habanero, y el del generalísimo Máximo Gómez (1935) del ya aludido Aldo Gamba, en la Avenida del Puerto. Ninguno tan fastuoso, sin embargo, como el del mayor general José Miguel Gómez, ejecutado, en 1936, en la Avenida de los Presidentes, por Giovanni Nicolini, autor asimismo de otras relevantes obras escultóricas en la capital cubana, como el monumento a Miguel de Cervantes (1908) en el parque de San Juan de Dios, en La Habana Vieja.

Imposible eludir en este recuento los grupos escultóricos que rematan la escalinata del Capitolio de La Habana. Son obras del italiano Angelo Zanelli, autor del Altar de la Patria, que en Roma forma parte del monumento al rey Víctor Manuel. También de ese escultor es la Estatua de la República que se destaca en el imponente Salón de los Pasos Perdidos, exactamente debajo de la cúpula del edificio. Su peso es de 30 toneladas y se eleva a una altura total de 14,6 metros. La República, en ella, está representada por una mujer joven que aparece de pie y lleva casco, lanza y escudo. La túnica que la cubre se estiliza en el sentido arcaizante, acentuando el ritmo vertical de los volúmenes y dando a la figura la calidad que requiere su talla monumental.

Giuseppe Gaggini, con su bellísima Fuente de los leones (1836) es el artista que inicia el catálogo de la escultura italiana en Cuba. Del mismo autor es La fuente de la india o de La noble Habana (1837); y de Ugo Luisi la estatua de Neptuno (1838). Es de un artista italiano no precisado la columna (1847) que embellece la Alameda de Paula, el primer paseo con que contó la capital de la Isla, y de otro italiano, Cucchini, la imagen de bulto de Colón, en el Museo de la Ciudad. De Pietro Corto es el monumento funerario del obispo Serrano (1878) en la Catedral habanera.

Mantua

Si el trazo italiano en Cuba es, como ya se dijo, apreciable, no puede hablarse de una emigración numerosa; vinieron a la Isla menos italianos de los que fueron a otros países de América, y siempre lo hicieron al llamado de las autoridades coloniales españolas interesadas en el blanqueamiento de la población. Con todo, fueron marineros genoveses y venecianos sobrevivientes de un naufragio en la costa norte de la actual provincia de Pinar del Río los que fundaron en la zona una ciudad a la que dieron el nombre de Mantua, como la de la Lombardía italiana.

Notable fue la contribución de los italianos al Ejército Libertador. Solo en abril de 1898, se incorporaron a la Guerra de Independencia 75 voluntarios. Ya antes, en la contienda iniciada en 1868 Juan Bautista Spotorno, un descendiente de italianos nacido en la ciudad de Trinidad, ocupó la presidencia de la Cámara de Representantes y la presidencia de la República en Armas.

Coronel, como Spotorno, fue Orestes Ferrara y Marino. Abogado brillante, asesor de los hermanos Hernand y Sosthenes Behn en la fundación del monopolio telefónico de la ITT, Ferrara alcanzó en la República el cargo más alto al que podía aspirar, por elección, un extranjero nacionalizado, la presidencia de la Cámara. Vinculado al dictador Machado, fue embajador en Washington y canciller, y huyó a la caída de la dictadura para eludir la justicia popular. Fue, por elección, miembro de la Convención Constituyente de 1940 y, durante muchos años, embajador ante la Unesco. El Gobierno Revolucionario lo cesanteó en 1959. La casa que se hizo construir, y que lleva el nombre de La dulce dimora, es una mansión florentina con todas las de la ley en las inmediaciones de la Universidad de La Habana.

En 1884 italianos asentados en la capital crearon una sociedad de socorros mutuos. Años después surgía la Sociedad de Beneficencia. En 1931 radicaban en la Isla algo más de 1 100 italianos con pasaporte y sumaban unos diez mil los descendientes. Es en los años 30 que surge, en Prado y Trocadero, el Círculo de la Cultura Italiana. Cerca de allí, en Prado 44 y sin que nada tuviera que ver con el Círculo, funcionó, a partir de 1937, la escuela Rosa Maltoni Mussolini, patrocinada por italianos fascistas residentes en La Habana, en especial por Camillo Ruspoli, príncipe de Candriano. Dicha escuela, que se trasladó a la playa de Jaimanitas, en el oeste de la ciudad, estuvo a cargo de la congregación de las Hijas de Don Bosco o Hermanas Salesianas, que impartían las clases en idioma italiano. Fue clausurada con la entrada de Cuba en la II Guerra Mundial, cuando La Habana rompió relaciones con los países del eje Roma-Berlín-Tokio y Candriano fue a dar a la cárcel.

Al finalizar la contienda, la delegación cubana a la Conferencia de Paz (París, 1946) anunció el propósito del Gobierno del presidente Grau San Martín de renunciar a toda reclamación de guerra como medio de renovar las relaciones cubanas con Italia, en atención a la actitud de simpatía que asumió ese país hacia los patriotas cubanos durante las luchas por la independencia. Y en vista del criterio cerrado de la Conferencia, de imponerle severas sanciones, nuestra delegación dejó constancia de la decisión del Gobierno cubano de hacer la paz por separado con dicha nación, lo cual se viabilizó por medio de un convenio suscrito en La Habana, al que se adhirieron algunos países americanos.

También en la cocina

La pizza adquiere en Cuba no solo categoría de plato insignia de las comidas rápidas, sino que se ha cubanizado tanto que es ya casi tan nuestra como el congrí, los tachinos, el macho en púa y el bistec en cazuela.

Aludo, desde luego, a una pizza adaptada al paladar y a la idiosincrasia del cubano. Con menos diámetro que la italiana, pero más gruesa; menos crujiente y sí más esponjosa, más suave. Los condimentos y el queso son diferentes en una y en otra. No tiene el cubano promedio el hábito de ingerir una pizza condimentada con orégano y albahaca, que son esenciales en la pizza Margarita, y con el queso amarillo le da el «toque» a la pasta.

Durante el siglo XIX comienza a conocerse en Cuba la cocina italiana; era entonces la exquisitez de la burguesía criolla. Ya en la primera mitad del siglo XX deleita a la clase media habanera. Es entre 1940 y 1950 que surgen y cobran fama en La Habana algunos restaurantes de cocina italiana, como Frascatti, en Neptuno y Prado, y Da Rosina y Montecatini, en el Vedado, mientras que las pizzetas ganaban el favor de sectores más populares y de aquellas personas a las que la falta de tiempo impedía esperar por un plato más demorado. Es en los años 60 cuando se populariza la cocina italiana en la Isla. Una cadena de pizzerías llega hasta los rincones más apartados. La pasta de trigo, el queso y el tomate estaban presentes aquí desde la Colonia.

Se trataba, por otra parte, de una comida barata, de fácil elaboración, rápida, y la población la acogió de inmediato: paliaba el racionamiento impuesto por el bloqueo norteamericano que empezaba a hacerse sentir en esos años. La pizza y el huevo, también el chícharo, fueron los platos más socorridos y recurridos de aquellos días, lo que llevaría a Gabriel García Márquez, premio nobel de Literatura, a decir que el monumento a la Revolución, de hacerse, debía ser redondo.

¿Quién que las vivió no recuerda aquellas colas inacabables a las puertas de una pizzería? Valía la pena aquella fila enorme porque, si se entraba al establecimiento, se «resolvía» el día con la oferta del lugar: platos bien hechos y baratos, pues tanto la pizza como el espagueti y la lasaña se expendían, cada uno de ellos, a un peso con 20 centavos de entonces, y la tradicional botella de cerveza importaba 80 centavos.

Hoy los restaurantes del sector privado han ampliado y enriquecido la presencia de la cocina italiana en la Isla, y las pastas frescas para elaborar ravioli y ñoqui les dan un toque de distinción. Pero, en líneas generales, cuando en Cuba se habla de cocina italiana se alude sobre todo al espagueti, el canelón, la lasaña y, desde luego la pizza. Hablamos, para hacerlo con exactitud, de una cocina de pastas, que es la del sur de la península. Eso es solo una parte de la cocina italiana. Es una cocina riquísima que acusa por regiones rasgos que la distinguen y diferencian. Es tan variada, se dice, que si un restaurante se propusiera «estrenar» un plato italiano a la semana, tardaría años en agotar el recetario. Es en el Sur donde, a fines del siglo XIX, surge la pizza; «invento» que se internacionaliza tras el fin de la II Guerra Mundial y se convierte en plato estelar de la cocina rápida.

Picolissima serenata

Si la vedette cubana Chelo Alonso hizo fama y dinero en la Italia de los 50, no pocos artistas italianos cosecharon éxitos en La Habana. Mucho se hicieron aplaudir aquí: Katyna Ranieri, Ernesto Bonino y Renato Carosone, que con su Picolissima serenata se instalaba en el hit parade de 1958. Ya para entonces la bellísima Tina de Mola impactaba a la teleaudiencia con lo que muchos recuerdan como el primer close up de la TV cubana. Esa cantante vino contratada por CMQ-Canal 6, y cuando finalizó sus compromisos con esa televisora pasó a trabajar a Tele Mundo-Canal 2, propiedad del calabrés Amadeo Barletta, que manejaba unas 15 empresas con un capital de más de 40 millones de dólares y que, se dice, representaba a la mafia italiana en sus negocios con fachada legal en Cuba, lo que nunca ha podido comprobarse. Barleta fue, junto con el cubano Goar Mestre, dueño de la CMQ, y sin que se lo propusieran de conjunto, el impulsor de la mítica Rampa habanera.

En el año 2008, más de 2 300 italianos vivían en Cuba. Cada año miles de italianos arriban a la Isla en calidad de turistas. La Sociedad Dante Alighieri es hoy una de las instituciones más importantes para la difusión y defensa de la cultura y el idioma italianos entre nosotros.

De Juventud Rebelde

 

 


SI YO FUERA PADRE

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Por Ciro David

Si yo fuera padre, haría todo por mis hijos. Los esperaría con ansias y les daría todo el amor que mi corazón pueda alojar. Los querría tanto que les daría pena. Y con gusto lo demostraría frente al mundo.

Si yo fuera padre, les proporcionaría la mejor educación posible. Y no hablo de inscribirlos en la escuela más cara posible. Hablo de sentarme a su lado y enseñarlos a leer, a descifrar las tareas escolares y a conocer las lecciones que la vida da.

Si yo fuera padre, estaría orgulloso de mis hijos. Los apoyaría en sus decisiones para que den lo mejor de sí. Y que cada uno logre su camino bien hecho cuando sean mayores.

Si yo fuera padre, usaría todos y cada uno de mis malos chistes con ellos. Lo haría hasta que desarrollen un sentido del humor interesante y que hagan sufrir a otros. Pero que siempre mantengan un comportamiento optimista frente al mundo.

Si yo fuera padre, les diría a mis hijos que trabajen duro. Les enseñaría que para labrarse un lugar en el mundo, hay que esforzarse. Les mostraría que nada se logra si no te esfuerzas y que cada paso que das hoy repercute en tu futuro.

Si yo fuera padre, los alimentaría muy bien. Les enseñaría cómo se debe comer y les daría para que prueben de todo. Que conozcan todos los sabores del mundo.

Si yo fuera padre, apreciaría cada una de las fases de la vida de mis hijos. Los consentiría como bebés, los ayudaría a crecer como niños, les pelearía como adolescentes y los esperaría pacientemente en la adultez.

Si yo fuera padre, los abrazaría siempre. No dejaría que pasara un solo día que no sepan que los quiero. Cada momento con ellos sería para atesorarlos.

En fin, sería como mi papá.

Tomado de Confesiones Impertinentes

TU FUTURO TE CONDENA

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Diseño de Marcelo Sararella.

Diseño de Marcelo Sararella.

 Por Eduardo Galeano

Siglos antes de que naciera la cocaína, ya la coca fue hoja del Diablo.

Como los indios andinos la mascaban en sus ceremonias paganas, la Iglesia incluyó la coca entre las idolatrías a extirpar. Pero las plantaciones, lejos de desaparecer, se multiplicaron por cincuenta desde que se descubrió que la coca era imprescindible. Ella enmascaraba la extenuación y el hambre de la multitud de indios que arrancaban plata a las tripas del Cerro Rico de Potosí.

Algún tiempo después, también los señores de la colonia se acostumbraron a la coca. Convertida en té, curaba indigestiones y resfríos, aliviaba dolores, daba bríos y evitaba el mal de altura.

Hoy en día, la coca sigue siendo sagrada para los indios de los Andes y buen remedio para cualquiera. Pero los aviones exterminan los plantíos, para que la coca no se convierta en cocaína.

Sin embargo, los automóviles matan mucha más gente que la cocaína y a nadie se le ocurre prohibir la rueda.

*De su libro Espejos, regalo de mis amigos uruguayos José Claudio Sanguinetti y Julia Gadé.

 


HOSPITALIDAD.* POEMA DE JOAQUÍN LORENZO LUACES**

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No prosiga, buen amigo;
detenga al punto el caballo,
que a la legua se conoce
que viene más que cansado.
No están seguros ahora
los caminos, y están malos;
y los arroyos son ríos,
y las veredas pantanos.

Tomará café conmigo,
fumaremos un tabaco,
y  haré que le pongan luego
el catre en mi propio cuarto.

Bájese, pues, que me duele
mirarle en tan cruel estado,
y hombre y bestia están pidiendo
una noche de descanso…
Si es usted un forastero
como sospecho hace rato,
amigo, puede que ignore
los usos de nuestros campos.
El que viaja por las tierras
de los monteros cubanos,
no necesita posada
para dormir abrigado.

* Por el Día Mundial del Refugiado

** Poeta cubano (6 de julio de 1826, La Habana-7 de noviembre de 1867, La Habana).

 


¡PADRE MÍO! POEMA DE SALOMÉ UREÑA DE ENRÍQUEZ

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Padre

Muda yace la alcoba solitaria
donde naciste a la existencia un día,
do, desdeñando la fortuna varia,
tu vida entre el estudio discurría.

¡Ay! De una madre en el regazo tierno
por vez primera te dormiste allí,
y allí, de hinojos, tu suspiro eterno
entre sollozos tristes recogí.

Hoy, al entrar en tu mansión doliente,
donde reina silencio sepulcral,
nadie a posar vendrá sobre mi frente
el beso del cariño paternal.

Ninguna voz halagará mi acento.
ni un eco grato halagará mi oído:
sólo memoria; de tenaz tormento
tendré a la vista de tu hogar querido.

Sí, que a la tumba descender te viera
tras largas horas do perenne afán,
horas eternas de congoja fiera
que en el alma por siempre vivirán.

Cuando de angustia desgarrado el pecho
te sostuve en mis brazos moribundo;
cuando tu cuerpo recosté en el lecho
donde el postrer adiós dijiste al mundo;

cuando, de hinojos, anegada en llanto,
llevé mis labios a tu mano fría,
y entre tanta amargura y duelo tanto
miraba palpitante tu agonía;

después, ¡oh, Dios! cuando besé tu frente
y a mi beso filial no respondiste,
de horror y espanto se turbó mi mente…
Y aun teme recordarlo el alma triste.

¡Memento aciago! Su fatal memoria
cubre mi frente de dolor sombrío.
Siempre en el alma vivirá su historia,
y vivirá tu imagen, padre mío…

Cuando las sombras con su velo denso
dejan el orbe en lobreguez sumido,
en el misterio de la noche pienso
que aun escucho doliente tu gemido;

y finge verte mi amoroso anhelo
bajo el abrigo de tu dulce hogar,
y me brindas palabras de consuelo
y mis lágrimas llegas a enjugar.

Sombra querida que incesante vagas
en torno de la huérfana errabunda,
visión perenne que mi sueño halagas,
alma del alma que mi ser inunda:

si de ese mundo que el dolor extraña
mi llanto has visto y mi amargura extrema,
sobre mi frente, que el pesar empaña,
haz descender tu bendición suprema.

Salomé Ureña de Henríquez, poetisa dominicana de mayor trascendencia en la lírica dominicana del siglo XIX, nació en Santo Domingo el 21 de octubre de 1850. Además, fue pedagoga.


CAMINOS DE ESPERANZA, DE RENÉ ARTURO CRUZ MAYORGA

MUCHAS VECES MURIÓ LA ESCLAVITUD

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muchas veces murió la esclavitud 200

Por Eduardo Galeano*

Consulte cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país que abolió la esclavitud. La enciclopedia responderá: Inglaterra.

Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio británico, campeón mundial del tráfico negrero, cuando haciendo números advirtió que ya no era tan rentable la venta de carne humana. Pero Londres descubrió que la esclavitud era mala en 1807, y tan poco convincente resultó la noticia, que treinta años después tuvo que repetirla dos veces.

También es verdad que la revolución francesa había liberado a los esclavos de las colonias, pero el decreto libertador, que se llamó inmortal, murió poco después, asesinado por Napoleón Bonaparte.

El primer país libre, de veras libre, fue Haití. Abolió la esclavitud tres años antes que Inglaterra, en una noche iluminada por el sol de las hogueras, mientras celebraba su recién ganada independencia y recuperaba su olvidado nombre indígena.

*De su libro Espejos, regalo de mis amigos uruguayos José Claudio Sanguinetti y Julia Gadé.



FÚTBOL FEMENINO. ARQUERAS, DELANTERAS…

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Foto: ©Archivo Efe/Roland Holschneider

Foto: ©Archivo Efe/Roland Holschneider.

 

Con motivo de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Canadá 2015, se ofrecen las siguientes claves para escribir adecuadamente los sustantivos femeninos de las jugadoras que disputan un partido, así como los nombres apropiados para designar a las demás participantes:

1. La expresión la árbitra, con artículo femenino, es la adecuada, y no la árbitro ni el árbitro.

2. Tanto la jueza de línea como la juez de línea son expresiones adecuadas, así como la linier, opción también válida y recogida en el Diccionario académico, no así la liniera.

3. La entrenadora, si quien desempeña tal función es una mujer, se encarga de preparar al conjunto de jugadoras seleccionadas. Otra opción es la técnica, no la técnico. No resulta aconsejable, en cualquier caso, la míster, pues este sustantivo inglés tiene como referencia a un hombre.

4. Arqueracancerbera, metaguardameta o portera son, entre otros, los sustantivos apropiados para referirse a la jugadora encargada de defender la portería propia.

5. Defensora zaguera son voces indicadas para designar a la jugadora cuya misión principal es proteger a su equipo de los ataques del contrario. El sustantivo defensa se utiliza para aludir tanto a la línea defensiva como a cada una de sus integrantes. La futbolista que recorre un costado puede llamarse carrilera o, si no se hace hincapié en su tendencia a subir y bajar la banda, la lateral derecha/izquierda, mejor que la lateral derecho/izquierdo.

6. Tanto la mediocampista como la centrocampista son femeninos apropiados para referirse a la jugadora que ocupa la línea media o medular.

7. La atacante es una forma adecuada de aludir a las futbolistas que ocupan la línea más ofensiva. El sustantivo delantera se emplea tanto en relación con la línea delantera como con cada una de sus integrantes. La que se sitúa en el medio se llama delantera centro. En el caso de la jugadora que ataca por las bandas, se aprecia una gran vacilación entre la extremo derecho/izquierdo, la extrema derecha/izquierda y la extremo derecha/izquierda, siendo esta última la forma acorde con la vigesimotercera edición del Diccionario académico.

8. Se llama capitana, mejor que la capitán, a la jugadora que encabeza un equipo deportivo.

Aunque muchas de estas denominaciones se han venido usando como comunes en cuanto al género (el/la portero), el uso actual tiende a priorizar las variantes femeninas especializadas (la arquera, la delantera), que en muchos casos aparecen ya desdobladas como en el Diccionario (el capitán/la capitana).

Esa tendencia se constata especialmente cuando estos sustantivos se escriben en plural (las porteras/delanteras, más habitual que las porteros/delanteros) o acompañados de algún adjetivo: la portera mexicana, más frecuente que la portero mexicana.

De Recomendaciones de Fundéu (Fundación del Español Urgente)


LEGENDARIA VILLA: SAN JUAN DE LOS REMEDIOS

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Vista panorámica de la Parroquial Mayor, una de las edificaciones más distinguidas del país. Ilustración: Linares

Vista panorámica de la Parroquial Mayor, una de las edificaciones más distinguidas del país. Ilustración: Linares

Por Luis Machado Ordetx
Fotocopias: Ramón Barreras Valdés

«No vivimos tiempos de individualismo y dispersión, sino de junta y empuje».(1)
Jorge Mañach

 

Remedios es un ¿misterio? y un laberinto pródigo en historias que apuntan, según su fundación, hacia el primer cuarto del siglo xvi; criterio más aceptado el año 1515, momento del medio milenio que entronca con la sentencia del polémico sagüero Mañach, quien luego de escribir la crónica «El pulso de la provincia» y recibir una réplica del entusiasta Othón García de Caturla, resaltó particularidades de la octava villa de Cuba, un punto de ebullición de culturas e instituciones legendarias.
Desde aquel cacicazgo de Zavana o Zavaneque, visitado en las exploraciones de finales de 1513 por Pánfilo de Narváez, Juan de Grijalba y el padre Bartolomé de las Casas, y la carta de relación remitida al monarca español por Diego Velázquez, en abril del siguiente año, confusas hipótesis de investigadores mencionan los arranques históricos a partir de la conquista y colonización.


No por gusto, con el reconocimiento de las particularidades de ese pueblo, el sagüero Mañach precisó que en «reyertas de vecinos se le fue a España por mucho tiempo la sangre que la nación necesitó», y aportó que allí, en ese territorio villareño, se demostró con fiereza cómo lo «que uno solo no puede hacer, dos pueden» en la indagación, hasta el presente, del primer asentamiento poblacional.
En Santa Cruz de Vasco Porcallo, en un inicio, y después en tierra adentro Santa Cruz de la Zavana del Cayo, y por último San Juan de los Remedios de la Sabana del Cayo, recordó Joaquín Giménez Lanier que, según Antonio J. Valdés, «después de Sancti Spíritus, y de las otras cuatro villas, Bayamo, Santiago, Puerto Príncipe y Trinidad, se fundó Remedios en la parte Norte, y el 25 de julio de 1515, la Villa de San Cristóbal de la Habana, en la costa Sur».(2)
También Ignacio José de Urrutia y Montoya expresó: «No hacen Herrera ni los demás historiadores clara mención del tiempo en que se fundaron las villas de La Habana y San Juan de los Remedios, expresando solo aquel en su descripción de las Indias, Capítulo 6to. que lo fueron poco después que las mencionadas villas primitivas».(3)

EL  FEUDO ¿PARTICULAR?

Con Porcallo de Figueroa se define la estancia del colonizador. Sin embargo, no hay referencia, al término del año 1513, de su nombre en la avanzada de la expedición española. Hay conocimiento de la intervención cruel en Baracoa, San Salvador de Bayamo, Puerto Príncipe, Trinidad y Sancti Spíritus. Antes de fallecer, en octubre de 2009, Rafael Jorge Farto Muñiz habló con entusiasmo por dirimir de manera científica las disputas existentes entre asiento y fundación de su localidad, puntos discordantes entre historiadores cubanos.
Detalló la condición de octava villa y segunda en jerarquizar la condición «de pueblo español» en Cuba. Incluso, dijo que «desde épocas remotas se festejó el aniversario partiendo de 1514, supuesta  fundación. En 1983 se trocó por aquella de 1524, y tres años después por la de 1515», momento autorizado para la celebración de los cinco siglos de existencia hasta que aparezcan fundamentos históricos que apunten lo contrario.
En una «Nota final» a Cosas de Remedios (1932), de Facundo Ramos y Ramos, dos hermanos, incansables investigadores, Carlos A. y José A. Martínez-Fortún y Foyo plantearon que el «3 de mayo de 1514, confirmó Vasco Porcayo de Figueroa, la fundación de SANTA CRUZ DE VASCO PORCAYO, visitado y descubierto en 1513, posesionándose de todas sus tierras y convirtiendo el pueblo indio Carahaté […] en una estancia de su propiedad, por la abundancia de su casabé y otras riquezas», según lo recogido por Juan López de Velasco en sus Crónicas de 1571-1574.
Farto Muñiz, por supuesto, partió, como otros estudiosos remedianos, de la «Relación o extracto de una carta que escribió Diego Velázquez, teniente de gobernador de la Isla Fernandina á S.A.», lo cual le condujo a sustentar que «el nacimiento de San Juan de los Remedios, como pueblo eminentemente español, se produjo con anterioridad a muchas de las fundaciones de las siete primeras villas, y su iglesia, esencia última de la conversión a la religión católica, data de agosto de 1515».(4)
No obstante, la villa y sus orígenes no están en la relación de las primeras fundadas hasta 1519, momento del asiento definitivo de La Habana. Ya sea 1513, 1515 o 1520, San Juan de los Remedios constituye la octava en surgir, y tal como insistieron los hermanos Martínez-Fortún y Foyo al comentar aspectos del escudo de la ciudad, habrá que persistir hasta tanto en muchos rumbos investigativos para arribar a una conclusión definitoria. Por tanto, más allá de las interpretaciones, o la carencia de un dato u otro, celebramos ahora el medio milenio.(5)
Un feudo particular, exclusivo, tuvo Porcallo de Figueroa en Remedios. Fue su «Villa Escondida», dijo Farto Muñiz, quien corroboró la existencia de Ayuntamiento en 1545, según acotó José A. Martínez-Fortún y Foyo, aunque la primera noticia de formación del cabildo remediano es de 1578. Ya el territorio disponía de iglesia, y desde inicios del asentamiento de españoles y de la población originaria hubo un encuentro singular: veneraron el madero de la Santa Cruz. De igual modo, comenzaron a recibir constantes ataques de corsarios y piratas, según las apreciaciones de la visita pastoral del obispo Juan del Castillo, efectuada años antes.
En consecuencia, apuntó el historiador, el «surgimiento de la villa se omite en obras contemporáneas de Historia de Cuba, o se incluye la fundación en época posterior a lo que indica el orden en que fueron apareciendo esas primeras vecindades en la Isla».(6)
Porcallo se apropió de la parte más próxima al cacicazgo de Camagüey. Fomentó una vasta estancia, y la convirtió en feudo privado, dependiente durante largo tiempo de Sancti Spíritus, lugar que tenía cabildo y era el máximo representante de la región.
La ausencia de documentaciones históricas que expresen la fecha de fundación condujo a la oscuridad de interpretaciones y a hipótesis diversas. Nadie negará que San Juan de los Remedios, ahora Remedios, o como su nombre inicial, Santa Cruz…, es por derecho la octava villa y figura entre los primeros pueblos surgidos hace cinco siglos. Eso constituye un mérito de exclusividad, tal como aclararon los hermanos Martínez-Fortún cuando precisaron, a partir de los apuntes de Facundo Ramos y Ramos, la existencia de una «historia antigua que recordar al mundo y un escudo de armas antiquísimo que demuestra lo limpio y esclarecido de su abolengo».(7)

CIUDAD COLONIAL

Remedios, al igual que Trinidad y Sancti Spíritus, resulta una excepción en la región central, según declaró el arquitecto Enrique Cayado, en agosto de 1936, fecha de un amplísimo recorrido para «calar» el significativo sello que legaron sus fundadores a generaciones futuras.
Habló con admiración del trazado irregular de la población, sitio que «pudiera considerarse como radial, ya que sus principales calles […], curvas o torcidas, con altos sardineles, alineaciones interrumpidas y tejadillos salientes son atractivos y despiertan tanta curiosidad que, a pesar de su burla a las reglas geométricas y a los amantes del cartabón, las encontramos bellas y sugestivas».(8)
Sintió admiración por la plaza, única en Cuba con dos santuarios católicos, y donde se «levanta coquetona y bonita la iglesia del Buenviaje, cuya reconstrucción, después de haber sido destruida por un incendio, data de 1865 […], y existe un púlpito de grandes proporciones, con tallas e inscripciones muy notables, que tanto por su tamaño como por su estilo, es algo extraño a nuestras iglesias y quizás a las del continente y hasta a las españolas».(9)
Cayado se fijó en las edificaciones y en las joyas históricas que rodearon aquella plaza central, donde se aprecia siempre «algún detalle o pequeño rincón, de interés para el arquitecto y para el investigador, artista o historiador».(10)
Otro proyectista, Aquiles Maza, extasiado, escribió un enjundioso estudio de las «Características más notables de la Parroquial Mayor de San Juan de los Remedios», aquella que en 1691 hizo pronunciar a Diego Evelino de Compostela, obispo de esta Isla de Santiago de Cuba, Jamaica, la Florida, y del Consejo de su Majestad el Rey, que allí había un «santuario hermoso», por la magnífica decoración policroma de su techo.
Ahí está la Parroquial, que «en su mayor parte, o sea, las tres fachadas y los techos de sus naves hasta los arcos del presbiterio son de principios del siglo xvii. Las arquerías interiores son de algo después, pero siempre del mismo siglo […], desde que se erigió en el lugar que hoy ocupa, fue de tres naves, y es una de las más antiguas de la Isla y quizá la primera que se construyera con esa característica».(11)
Por su mítica resistencia ante corsarios y piratas, de los sucesivos tres traslados —del sitio originario a tierra adentro—, incluso contrario al capitán general Severino de Manzaneda, cuando ordenó «que todos los vecinos se trasladasen a Santa Clara […] bajo la pena de quinientos ducados de multa y dos años de destierro en la Florida»,(12) existió, en principio, una ciudad que enalteció la historia y la cultura cubanas. Desde entonces, juntos, como afirmó Mañach, hombres y mujeres pugnaron siempre por propagar a San Juan de los Remedios por el mundo.

NOTAS

1 «Pro-Remedios», epistolario cruzado entre Othón García de Caturla y Jorge Mañach», en El Faro, Remedios, 3(217):1, lunes 20 de febrero de 1933.
2 Joaquín Giménez Lanier: «Una antigua villa que no quiso desaparecer (I)», en El Faro, Remedios, 13(1062):1, jueves 28 de enero de 1943.
3 José Ignacio Urrutia y Montoya: Teatro histórico, jurídico y político-militar de la Isla Fernandina de Cuba, tomo I, libro 2o., cap.vi, p. 80.
4 Fragmento de una entrevista inédita hecha por el autor en 2006.
5 Cfr. José A. M. Fortún y Carlos A. M. Fortún: «El escudo de Remedios», en El Faro, Remedios, 2(178):2,  jueves 29 de septiembre de 1932.
6 Idem.
7 Idem.
8 Enrique Cayado: «Ciudades coloniales-Remedios», en El Faro, Remedios, 6(563):1-3, lunes 24 de agosto de 1936.
9 Idem.
10 Idem.
11 Aquiles Maza: «Características más notables de la Parroquial Mayor de San Juan de los Remedios: Ensayo de su valor artístico», en El Faro, Remedios, 15(2031):1-2, jueves 23 de marzo de 1945.
12 Joaquín Giménez Lanier: «Una antigua villa que no quiso desaparecer (II)», en El Faro, Remedios, 13(1063), jueves 4 de febrero de 1943.

*En las citas se respeta la ortografía original.

Agradecimiento a los especialistas del Archivo Histórico Municipal de Remedios.

 


ORIGEN DE LA PALABRA MINIATURA

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Minio, polvo de tetróxido de plomo.

Minio, polvo de tetróxido de plomo.

 

Los diccionarios indican que miniatura es un ‘objeto de pequeñas dimensiones’, y miniaturización, el ‘arte de producir piezas y mecanismos de tamaño sumamente pequeño’. Se podría suponer que guarda alguna relación etimológica con el prefijo mini- o con el adjetivo mínimo. Sin embargo, la palabra proviene del italiano miniatura, lengua en la que significó inicialmente ‘pintado con minio’, esa pintura rojo anaranjada hecha con tetróxido de plomo que hoy se usa, sobre todo, como antioxidante. En latín, este polvo era llamado minium, mientras que miniare era ‘pintar con colores’. El participio pasivo de miniare era miniato, de donde se formó miniatura. Se trataba de pinturas de tamaño relativamente reducido, de modo que el uso popular le dio el sentido de ‘objeto pequeño’, que los diccionarios acabaron recogiendo. En la primera edición del diccionario de la Real Academia Española de 1734, miniatura se definía apenas como:

Pintúra que se ejecuta sobre vitela ó papél terso, à manéra de iluminacion; pero executado el claro y obscuro, punteado y no tendido. Llamóse assi, porque primero se hacia solo con Minio.

De La palabra del día, por Ricardo Soca.


SAN JUAN DE LOS REMEDIOS ENTRE LAS PRIMERAS VILLAS CUBANAS

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Iglesia Parroquial de San Juan de los Remedios según grabado de F. Mialhe (siglo XIX), en Joaquín E. Weiss, Arquitectura colonial cubana. Siglos XVI al XIX, La Habana-Sevilla, 1996, p. 165.

Iglesia Parroquial de San Juan de los Remedios según grabado de F. Mialhe (siglo XIX), en Joaquín E. Weiss, Arquitectura colonial cubana. Siglos XVI al XIX, La Habana-Sevilla, 1996, p. 165.

Por Marcos Antonio Tamames Henderson

Dentro de las fundaciones de ciudades hispanoamericanas las villas del área del Caribe ocupan una significación insoslayable tanto para entender el proceso de conquista desplegado por España en América como para comprender la razón de nuestras identidades locales. Mientras historiadores y urbanistas dedican insospechados esfuerzos a esclarecer incógnitas de raíz militar, económica y política en su contexto inicial, habitantes y forasteros centran su atención en la plaza, en el edificio, o en ese pequeño establecimiento en el que descubrieron un modo particular de concebir la vida. Para unos y otros, las primeras villas tienen el sabor de la experiencia; de los ajustes de modelos urbanos que alcanzarán imagen definitiva en tierra continental para establecer lo que se ha conocido, desde una traza regular, el sello latinoamericano.

Iglesia Parroquial de San Juan de los Remedios, en Joaquín E. Weiss, Arquitectura

Iglesia Parroquial de San Juan de los Remedios, en Joaquín E. Weiss, Arquitectura

En ese universo las villas cubanas, tanto por su morfología como por su expresión funcional,  gozan de ser contenedoras de un pensamiento que se ordena en el transcurrir del tiempo, en la necesidad de establecer una organización que tras medio milenio deviene imagen urbana de identidad nacional y, por tanto, resultan sólidas huellas del patrimonio cultural de la nación. Las  declaratorias como Monumentos Nacionales del conjunto urbano de la Plaza de la Catedral en La Habana, el 23 de octubre de 1934; de la Ciudad de Bayamo, el 30 de diciembre de 1935; y la de Trinidad, el 5 de septiembre de 1944; son muestra de un proceso de legitimidad que encuentra validación en la declaratoria de Monumento Nacional a los Centros Urbanos de las primeras villas cubanas mediante resolución no. 3 de 1978; incluyendo entre ellas a las antiguas Asunción de Baracoa, San Salvador de Bayamo, la de la Santísima Trinidad, Santa María del Puerto del Príncipe, la de Sancti Spíritus, la de San Cristóbal de La Habana y la de Santiago de Cuba. ¿Qué lugar ocuparía en este panorama la Villa de San Juan de los Remedios, ahora en el marco de celebrar 500 años?

Retablo de la Parroquial de Remedios después de su restauración, en Joaquín E. Weiss, Arquitectura ...

Retablo de la Parroquial de Remedios después de su restauración, en Joaquín E. Weiss, Arquitectura …

De la génesis de la villa de San Juan de los Remedios existen sustanciales controversias. Considerada como una de las cuatro villas de Vasco Porcallo, junto a Trinidad, Sancti Spíritus y Puerto Príncipe, se considera la sede de una gran hacienda del nombrado hidalgo. Pero su fecha de fundación, si es que realmente la hubo, se sumerge en una historia urbana que en la isla mucho tiene que aportar aún; máxime cuando los criterios para celebrar aniversario se han diversificado fundamentalmente desde tres aristas: el documento original en que se confiesa el acto de fundación; el momento del último emplazamiento de la villa y por tanto el momento en que se inicia la transformación del espacio geográfico en aras de un paisaje urbano y, en tercer lugar, una perspectiva que se ha hecho común para pueblos y ciudades posteriores: la concesión de terreno a un vecino español que con posterioridad fomentaría un asentamiento. La primera referencia de su iglesia es de 1570 y la de su cabildo, en representación del establecimiento de una villa en lo administrativo, de 1578. Lo que sí resulta indiscutible, es que Remedios ofrece una fisonomía que avala su sabor de antigüedad, de estar entre las primeras, de ahí que en su texto cultural se evidencie el proceso que acompañó la fundación de ciudades cubanas.

Así, el Centro Histórico Urbano de la Ciudad de Remedios, considerada la 8va villa cubana, encontraría su legitimidad como Monumento Nacional al año siguiente de sus hermanas, mediante resolución no 8 de 1979; condición bajo la cual los habitantes de San Juan de los Remedios asumirían la responsabilidad de conservar el “conjunto formado por las construcciones, espacios públicos y privados, calles, plazas y particularidades geográficas o topográficas que lo conforman y ambientan y que en determinado momento histórico tuvo una clara fisonomía unitaria, expresión de una comunidad social, individualizada y organizada”, según indica el articulo no. 4 del capítulo II del Decreto no. 55 de la Ley no. 2 del Patrimonio Cultural, emitida el 4 de agosto de 1977. Sin embargo, la historiografía cubana solo dio prioridad a las siete primeras; quedando “La de los demonios”, y quizás precisamente por ello, rezagada en su legitimidad.

Asediada por piratas en múltiples ocasiones, la villa estuvo en peligro de desplazamiento total en varios momentos; incluso, llegó a sufrir cierto despoblamiento a sugerencia de las autoridades. Pero no resistió a esos avatares, sino que además desde esas desventuras enriqueció su imaginario. Dos aristas del patrimonio cultural marchan de la mano en San Juan de los Remedios para otorgarle autenticidad. Por un lado, un conjunto urbano de marcada singularidad en el que prima la irregularidad de las calles y los distinguidos aleros de sus edificaciones, y un conjunto de tradiciones que gozan de reconocimiento nacional e internacional.

Notable cambio fisionómico sufrió Remedios en las postrimerías de la primera mitad del siglo XIX, resultado de un pensamiento ilustrado traído por un conjunto de habaneros y matanceros establecidos en la región en pos del comercio del azúcar. Entre los años 40 y 50, San Juan de los Remedios lucirá en el sistema de ciudades cubanas su Plaza Isabel II, la reconstrucción de una cárcel, la inauguración de un telégrafo que se comunicaría con Santa Clara y su más importante hito arquitectónico, la Iglesia Mayor, adquirirá una torre manteniendo su antigua espadaña.

En el primero de ellos uno de los hitos arquitectónicos de mayor distinción urbana es la Iglesia Mayor, dedicada a San Juan Bautista, una especie de lección de historia constructiva cubana si tenemos en cuenta que en su composición puede el especialista encontrar huellas del devenir de las técnicas constructivas en Cuba; una historia que no puede ser reducida al empleo de elementos de diseño y composición de diferentes momentos históricos sino, y esencialmente, al modo en que sus hijos contribuyeron a su consolidación. (1) Es tan significativo el lugar de su imagen que puede ser considerada como la portada de presentación de la villa, resultado en el que sin dudas tuvo sustancial impacto el grabado realizado por Federico Mialhe que aparece en el Álbum pintoresco de la Isla de Cuba, en 1855, a cuyo mirar no pudo escapar el diálogo entre este edificio y la iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje, conversación tan cercana y armónica que sería difícil subrayar si se trata de un realzar a la parroquial o de un acto de minimizar su jerarquía. El enchape en oro de los altares de la Parroquial y la imagen de una Inmaculada Concepción en estado de gestación le dan primacía.

En cuanto a las tradiciones, asociado a su fecha de aniversario y como punto de contacto con su hermana villa de Santa María del Puerto del Príncipe, los remedianos celebran los festejos de San Juan Bautista; que se extienden desde el 24 de junio, día de la natividad, hasta el 29, el de su martirio. Pero en el patrimonio inmaterial cubano esta acción es superada sin dudas por las conocidas parrandas remedianas, que tienen lugar entre el 16 y el 24 de diciembre, en el contexto de las Misas de Aguinaldo; una tradición que parece encontrar su génesis alrededor de 1820, cuando a sugerencia del párroco Francisco Virgil de Quiñones un grupo de niños despertaban a los vecinos mediante un sistema de ruidos sin par con el objetivo de que asistieran a misa.

Son días en que la ciudad se divide en dos bandos, “El Carmen”, representados por el gavilán y “San Salvador”, el gallo; rivalidad que alcanza su clímax el día de las competencias de las carrozas. Desde las 5 de la tarde la ciudad se sumerge en una celebración que no concluye hasta el amanecer. Para recordar la memoria de esta festividad se creó el Museo de las Parrandas Remedianas, que abrió sus puertas al público el 1ro de abril de 1980, atesorando dentro de sus colecciones maquetas, fotografías, documentos, vestuario, instrumentos musicales y objetos artesanales. El tercero de una red de instituciones patrimoniales con sólidos antecedentes en 1933, cuando el 24 de febrero de ese año quedó inaugurado el Museo Francisco Javier Balmaseda.

De fiesta está toda Cuba con la celebración de un 500 aniversario de la villa de San Juan de los Remedios. Su imagen urbana y sus tradiciones, son la expresión patriótica de sus legítimos y adoptivos hijos. Remedios es un eslabón importante en la red de villas cubanas. Bienaventurados todos.

NOTAS:

(1) La obra realizada por Eutimio Falla Bonet, entre 1944 y 1954 en la Parroquial Mayor, es ejemplo de ello. V.: Freddy Pérez Cabrera: “Parroquial Mayor de Remedios, una joya de la arquitectura cubana y universal”,  Granma, 51(143): 8, La Habana, martes 16 de junio de 2015.

Marcos Antonio Tamames Henderson

La ciudad como texto cultural

Por Marcos Antonio Tamames Henderson

Marcos Antonio Tamames Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la UNEAC, UNAIC y UNHIC. Tiene publicados los libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009), La cofradía de los signos urbanos (2012) y Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia (2014). Premio Nacional de Investigación Cultural con la obra La ciudad como texto cultural: Camagüey entre 1514 y 1837.

Tomado de Cubarte


EL GÜIJE QUE VINO CON LA LLUVIA

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Las calles de Remedios se bañaron esta noche de agua purificadora: bendita, decían unos, casualidad de natura; regalo perfecto para un cumpleaños, convenían otros. (Foto: Yariel Valdés González)

Las calles de Remedios se bañaron esta noche de agua purificadora: bendita, decían unos, casualidad de natura; regalo perfecto para un cumpleaños, convenían otros. (Foto: Yariel Valdés González)

Por Laura Rodríguez Fuentes

Era feo, cabezón y malicioso, como el mismo diablo, dicen unos. Se le conoció como el Güije de La Bajada. Por ese entonces, era el río que proveía de agua su pozuela, aunque el nombre de estos afluentes haya cambiado por el de Camaco.

Como todo pequeño demonio, gustaba de hacer de las suyas, hasta que, un 24 de junio, los vecinos decidieron ir tras sus huellas en la madrugada, hacerlo prisionero, y persuadirlo hacia una actitud benévola.

La misión debía ser fraguada por siete mozos que llevaran el nombre de Juan y que, además, nunca hubieran gozado de experiencias carnales.

Ese día, el del Santo Patrono de la Octava Villa, los jóvenes capturaron al Güije y lo llevaron atado de manos y pies ante a todos los vecinos para mostrar su hazaña. Alrededor de la Iglesia Mayor se reunieron los remedianos para aplaudir a sus salvadores, pero también frente a sus ojos, el diablillo logró escapar.

A 500 años de la leyenda, el mítico personaje volvió esta noche a ceñir sus travesuras sobre la villa. Aprovechó el estallido de los fuegos artificiales y se transformó en agua, lluvia purificadora para las sinuosas calles de Remedios.

Los Siete Juanes no pudieron salir a su encuentro. Aún entre el estrépito de las luminarias y el bullicio de la multitud en la plaza —que se guarecía del imprevisto aguacero— algunos dicen que pudieron escuchar sus endiabladas carcajadas, mientras él se regocijaba de su suerte venida del cielo. Retornaba el Güije airoso a La Bajada con la promesa de regresar para el junio venidero. El pueblo, más dichoso que nunca, se empapó de tradición en las Fiestas sanjuaneras.

Tomado de Vanguardia

 


EVOCACIÓN POR SAN JUAN DE LOS REMEDIOS

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Eusebio Leal, Historiador de La Habana, dialogó con los remedianos sobre la importancia de trabajar hacia el futuro, sin olvidar lo que fuimos. (Foto: Ismael Francisco/Cubadebate)

Eusebio Leal, Historiador de La Habana, dialogó con los remedianos sobre la importancia de trabajar hacia el futuro, sin olvidar lo que fuimos. (Foto: Ismael Francisco/Cubadebate)

Por Luis Machado Ordetx

Cuando Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, tomó por gratitud el escenario del teatro Rubén Martínez Villena, de San Juan de los Remedios, para repasar la historia de Cuba, la significación de la Octava Villa en su decurso de cinco siglos de existencia cultural, dejó una lección desde el pasado hacia el futuro: preservar el sentido de pertenencia e identidad de una región y el país.

ue también el sustento del editorial «Nuestro Programa», aparecido en el primer número, del viernes 2 de enero de 1931, en el periódico El Faro, de Remedios. El órgano de prensa fue un batallador por la cultura y la defensa de los valores patrimoniales de una original arquitectura y un universo de pensamiento.

También este periódico «Independiente y de Intereses Generales de Remedios», sustentó los derechos de la población para forjar un Museo de Historia, y la Biblioteca Pública José Martí, así como oficializar la existencia de un Historiador: José A. Martínez-Fortún y Foyo, quien desde años antes se dedicó a hurgar en los acontecimientos de la localidad y dar a conocer los monumentales Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios, editados con su peculio en la Imprenta Pérez Sierra, en La Habana.

Muchos intelectuales remedianos, y también otros que amaron la localidad, como el mexicano Juan Pérez-Abreu y de la Torre, y hasta el pintor y pedagogo español Gabriel García Martoro, así como Othón y Alejandro García Caturla, y Edmundo Rivera, alentaron esas ideas.

Carlos A. Martínez-Fortún y Foyo tuvo el mérito de proponer la creación del Museo de Historia, Arqueología y Etnografía —quinto del país en surgir—, tras acoger la idea de Rogelio Espinosa, hijo de José Manuel, un insigne remediano, de reunir en esa residencia la donación de piezas que acumularan bienes patrimoniales y riquezas colectivas que elevaran la cultura del pueblo.

Editorial del periódico El Faro, de Remedios, 1931: un llamado a fomentar la cultura del pueblo y al reconocimiento de la historia patria. (Foto: Ramón Barreras Valdés).

Editorial del periódico El Faro, de Remedios, 1931: un llamado a fomentar la cultura del pueblo y al reconocimiento de la historia patria. (Foto: Ramón Barreras Valdés).

Eran proyectos generosos, sin ánimo de lucros. Eso hizo, un siglo antes Marta Abreu de Estévez, tal como recordó Leal Spengler al hablar de la Benefactora de Santa Clara. Las palabras del Historiador de La Habana propiciaron que recordara el editorial «Nuestro Programa», de El Faro, el periódico de Remedios, dirigido y administrado por Eduardo J. Roque Sosa, hombre emprendedor y altruista que, desde las rotativas en Máximo Gómez número 76, fundó la imprenta El Cayo, órgano de difusión de importantes publicaciones locales.

En la primera página del número inicial del periódico (viernes 2 de enero de 1931), y del amplio editorial, hay un párrafo que sentencia lo expuesto por Leal Spengler: «Evoquemos las grandezas de nuestro pasado, no para adorar inútilmente lo que fuimos, sino para mostrar a la presente generación lo que han valido las anteriores; como el suelo de entonces dio lo que hoy tal vez no ostentemos, pero que tenemos el derecho a reconquistar».

Tras escuchar con atención la profusa y elocuente oratoria de Eusebio Leal, sobre cómo laborar «juntos desde el presente hacia el futuro», sin olvidar jamás lo que fuimos, sé porqué razón en San Juan de los Remedios, la Octava Villa de Cuba, inscrita por derecho propio entre las fundadoras de la nación cubana, siempre existe una sorprendente cultura escondida junto a las piedras de sus edificaciones coloniales y en la cordialidad y el espíritu mítico de un pueblo.

Tomado de Vanguardia

 


AZERBAIYÁN Y BAKÚ, FORMAS CORRECTAS

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Foto: ©Archivo Efe/Vassil Donev

Foto: ©Archivo Efe/Vassil Donev

 

La formas Azerbaiyán (no Azerbayán ni Azerbaijan) y Bakú, con tilde en la u, son las adecuadas para referirse a este país caucásico y a su capital, como señala la Ortografía de la lengua española.

En las noticias sobre los Juegos Europeos de 2015 es frecuente encontrar frases como «Los juegos tienen su sede en la capital de Azerbayán», «Matías no pudo superar a sus rivales italiano y azerbayano», «Las fotos de la jornada en Baku» o «España suma sus primeras medallas en Baku».

El gentilicio que prefiere la Ortografía es azerbaiyano, aunque también se usa, y está recogido con ese significado en el Diccionario, la forma azerí, que en rigor designa al pueblo caucásico que constituye la mayoría de la población de ese país y que habita también en Irán y en otras regiones próximas. Su plural es azeríes o azerís.

La lengua que se habla en el país puede denominarse asimismo azerbaiyano y azerí.

Por tanto, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «Los juegos tienen su sede en la capital de Azerbaiyán», «Matías no pudo superar a sus dos rivales italiano y azerbaiyano/azerí», «Las fotos de la jornada en Bakú» y «España suma sus primeras medallas en Bakú».

Tomado de Recomendaciones de Fundéu (Fundación del Español Urgente)

 

 



LOS DERECHOS CIVILES EN EL FÚTBOL

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Diseño de Marcelo Saratella.

Diseño de Marcelo Saratella.

 

Por Eduardo Galeano*

El pasto crecía en los estadios vacíos.

Pie de obra en pie de lucha: los jugadores uruguayos, esclavos de sus clubes, simplemente exigían que los dirigentes reconocieran que su sindicato existía y tenía el derecho de existir. La causa era tan escandalosamente justa que la gente apoyó a los huelguistas, aunque el tiempo pasaba y cada domingo sin fútbol era un insoportable bostezo.

Los dirigentes no daban el brazo a torcer, y sentados esperaban la rendición por hambre. Pero los jugadores no aflojaban. Mucho los ayudó el ejemplo de un hombre de frente alta y pocas palabras, que se crecía en el castigo y levantaba a los caídos y empujaba a los cansados: Obdulio Varela, negro, casi analfabeto, jugador de fútbol y peón de albañil.

Y así, al cabo de siete meses, los jugadores uruguayos ganaron la huelga de las piernas cruzadas.

Un año después, también ganaron el campeonato mundial de fútbol.

Brasil, el dueño de casa, era el favorito indiscutible. Venía de golear a España 6 a 1 y 7 a 1 a Suecia. Por veredicto del destino, Uruguay iba a ser la víctima sacrificada en sus altares en la ceremonia final. Y así estaba ocurriendo, y Uruguay iba perdiendo, y doscientas mil personas rugían en las tribunas, cuando Obdulio, que estaba jugando con un tobillo inflamado, apretó los dientes. Y el que había sido capitán de la huelga fue entonces capitán de una victoria imposible.

*De su libro Espejos, regalo de mis amigos uruguayos José Claudio Sanguinetti y Julia Gadé.


DESTACAN EN CUBA CONCEPTO DE REVOLUCIÓN DE JOSÉ MARTÍ

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9367-Josemarti

La Habana, 24 jun (RHC).- La investigadora cubana, Francisca López afirmó este miércoles en La Habana que el Héroe Nacional, José Martí concibió el concepto de revolución vinculado a la subversión cultural para obtener la independencia plena de una nación.

En opinión de Martí la independencia es una cosa y la revolución es otra enfatizó López, en la jornada de clausura del pre-evento del I Coloquio Internacional de Historiadores efectuado durante dos días en el Colegio San Gerónimo de La Habana.

El brillante pensador no nació con los conceptos elaborados, los construyó a partir de sus experiencias,dijo la académica.

El Maestro -como también se le conoce en la mayor de las Antillas- tenía un elevado sentido del tiempo histórico, el cual trascurre y cambia las circunstancias, señaló la experta.

La revolución para Martí debía tener un programa, un proyecto, ir más allá de la sustitución de gobernantes, era necesario transformar la propia sociedad, indicó López.

Una vez ocurrido ese proceso era imperante en la idea del apóstol desterrar el espíritu colonial, insistió la Premio Nacional de Historia (2008).

Hay que fundar un pueblo, uno nuevo con vidas emancipadas y un concepto incluyente, decía Martí, quien siempre apostó por la subversión cultural para llegar a la independencia, la cual debía ser completa, argumentó López.

Martí fue un hombre de gran coherencia y concebía una revolución como fuente de derechos y promotora de cambios, aseveró la catedrática.

(Con información de Prensa Latina)

Tomado de Radio Habana Cuba

 

 


A LA LUZ DE HOY

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Con el propósito de reflexionar e intercambiar en torno a la obra de grandes pensadores del siglo XIX y su vigencia en la actualidad, sesiona hasta hoy, en el Centro de Estudios Mar­tianos, el simposio La intelectualidad antillana del siglo XIX a la luz de hoy.

Pretendemos hacer un rescate de la historia, expresó el máster en Ciencias José An­tonio Bedia Pulido, historiador del Centro de Estudios Martianos, al comentar sobre el simposio. “La historia siempre ha sido un elemento de unidad tanto en Cuba como a nivel regional. Los próceres de la independencia idearon sus proyectos en base a ello: al rescate de una serie de comunidades de pensamiento que a todos nos relacionan”, sostuvo.

El espacio dirigió sus debates a las figuras de José Martí, Eugenio María de Hostos y Ramón Emeterio Betances; tres personalidades que, con diferencias temporales, dedicaron sus vidas a objetivos comunes: la lucha por la independencia de la patria, y la unidad de las Antillas y América.

Sobre ello, Bedia Pulido denotó que han pretendido analizar la manera en que estos grandes pensadores articularon sus pensamientos, y cómo, “a pesar de no haberse conocido, manifiestan en sus textos la misma co­munidad ideológica”.

“Esa comunidad de pensamiento es lo que nos urge rescatar: son pensamientos que evidencian cuán iguales somos, y espacios desde donde podemos vislumbrar esa realidad antillana, insular y las visiones que existen sobre la misma”, subrayó.

Por su parte, Ana Sánchez Collazo, directora del Centro, dijo en las palabras inaugurales que hoy se impone continuar analizando el pensamiento martiano, “no solo por su riqueza cultural sino por su carácter previsor, prueba fehaciente en la mayoría de sus documentos”.

“Es un deber de todos los hombres de bien, agregó, no solo conocer, decir o repetir su pensamiento. Debemos, hoy más que nunca, sentirlo como uno de los ideales latinoamericanos más abarcadores y vigentes”.

En la sesión de ayer, la conferencia central e inaugural —a cargo del doctor en Ciencias Arturo Sorhegui de Mares, profesor del departamento de Historia de Cuba de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana— abordó la temática de la historia cultural en el contexto de la historia del mediterráneo americano.

Para hoy se prevén debates en torno a: El imagi­na­rio americano en los Cua­dernos de Apuntes, Jo­sé Martí y la Sociedad Li­teraria His­pa­noa­me­ricana, La modernidad poética desde la visión de un americano, y, como cierre, una conferencia titulada Martí y los Estados Unidos, a cargo del doctor Pedro Pa­blo Ro­drí­guez López, investigador del Centro.

Tomado de Granma

 

 


ORIGEN DE LA PALABRA AGREGAR

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agregar

Los romanos llamaban grex, gregis a sus rebaños. Este sustantivo dio origen a numerosas palabras de nuestra lengua, empezando por grey, que en el lenguaje eclesiástico alude al “rebaño” de la Iglesia. Cuando una res se sumaba al rebaño, los latinos usaban el prefijo a- antepuesto a gregis para formar aggregare ‘agregar’. Cuando una o varias reses eran separadas del grupo, se aplicaba el prefijo se- y se decía que eran segregadas. Cuando el rebaño se dividía, se añadía el prefijo dis- para expresar que el grupo era disgregado. Cuando el día llegaba a su fin, se utilizaba el prefijo con- para señalar que el ganado se congregaba en un lugar para volver al establo. Hoy, cuando queremos decir que a los seres humanos les gusta vivir entre sus semejantes, como en un rebaño, les atribuimos carácter gregario. Y cuando uno de ellos se destaca del rebaño, usamos el prefijo ex- ‘hacia fuera’ (que pierde la x antes de g) y lo calificamos como egregio.

De La palabra del día, por Ricardo Soca


VISTO PARA SENTENCIA, MEJOR QUE LISTO PARA SENTENCIA

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Foto: ©Archivo Efe/Robin Townsend

Foto: ©Archivo Efe/Robin Townsend

 

La fórmula visto para sentencia (no listo para sentencia) es la que se emplea para indicar que un asunto ya ha sido suficientemente deliberado y está solo a falta de la resolución final.

Pese a ello, en los medios de comunicación pueden leerse con alguna frecuencia frases como «El juicio quedó hoy listo para sentencia», «Los triples de los aleros rivales dejaron el partido listo para sentencia» o «Los mercados dejan listo para sentencia el futuro de la economía griega».

El Diccionario básico jurídico de Comares señala que visto para sentencia es ‘la fórmula con la que el juez o presidente del tribunal da por concluidos los debates del juicio oral dándose por terminada la vista’.

Como puede verse en los ejemplos anteriores, además de ese uso jurídico, la expresión se utiliza en muchos otros ámbitos para dar a entender que un asunto está ya pendiente tan solo de su resolución definitiva.

Aunque desde el punto de vista del significado la forma listo para sentencia podría ser válida en algunos casos, el Diccionario panhispánico de dudas la considera una deformación que conviene evitar, por lo que se recomienda utilizar la original visto para sentencia.

Así, en los ejemplos anteriores, habría sido preferible escribir «El juicio quedó hoy visto para sentencia», «Los triples de los aleros rivales dejaron el partido visto para sentencia» o «Los mercados dejan visto para sentencia el futuro de la economía griega».

Ver también sentencia, fallo, condena y veredicto no son lo mismo.

Tomado de Recomendaciones de Fundéu (Fundación del Español Urgente)

 

 


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